Los jóvenes de mi generación poseemos características determinadas por la historia que nos ha tocado vivir en los últimos treinta años, o mejor dicho… en nuestros treinta años de historia.
Muchos de nosotros estudiamos en escuelas públicas, las cuales abundaban con estructuras ya deterioradas pero con excelentes maestros y profesores que te exigían al máximo, y si no dabas la talla no te quedaba otra opción que repetir el año con los mismos “verdugos”, esa época estuvo marcada por las luchas estudiantiles, tanto internamente en el plantel como en la calle; en el plantel: las luchas por el control del gremio estudiantil a través de los centros de estudiantes y por las reivindicaciones; en la calle: verdaderas protestas por presupuesto justo para nuestras escuelas y liceos, a pesar de que teníamos una buena educación y nuestros planteles estaban relativamente bien, solo con algunas fallas, especialmente en los servicios.
De Cagua jamás olvidaremos la rebeldía de los alumnos de la Escuela Técnica Industrial Mariano Fernández Fortique, éstos llevaban la batuta, seguidos muy de cerca por los alumnos del liceo Rafael Hernández León, quienes eran apoyados por todos los liceos que se solidarizaban con sus luchas, creo que gran parte de esa rebeldía era inculcada por nuestros maestros y profesores, quienes no temían represalias de cualquier gobierno de turno.
Los maestros exigían mejores salarios, las protestas eran realmente batallas campales, y nadie los tildaba de violentos porque era una lucha justa, era justa y listo, yo me pregunto ¿Qué habrá pasado con mi generación? Será que se apagó aquel fuego de reivindicación a fuerza de rumba y alcohol (aún quedan rebeldes pero cada vez son menos) muchos ya se han resignado a que las cosas nunca mejorarán, así que ya no les importa y simplemente, a fuerza de costumbre, aguantan las injusticias sin importarles la discriminación existente, no les importa que para trabajar tengas que ser afecto al gobierno de turno, algo contra lo que luchamos, ¿Será que se les olvidó aquella frase que nos decían en la escuela? Porque yo la tengo grabada en la mente, y a veces cuando me siento cansado vuelve con mayor potencia…
¡USTEDES SON EL FUTURO DE VENEZUELA!
La generación de hoy me preocupa mucho más, ya que el gobierno actual ha silenciado cualquier iniciativa estudiantil a través de la presión ejercida a los docentes, prácticamente el terrorismo psicológico al que están sometidos ha convertido a la educación básica, media y diversificada en un conformismo repulsivo, hoy el 90% de los profesores prefiere no meterse en política y resignarse con un nuevo sistema de educación que convierte a los jóvenes en “borreguitos”, hace más de 12 años que no se sabe nada de los centros estudiantiles, quienes encabezaban las luchas, citaré un ejemplo en particular: la escuela y liceo Luís Alejandro Alvarado, con más de 50 años formando jóvenes de los cuales yo formo parte, hoy día la estructura física es prácticamente la misma con unos cuantos salones improvisados y con la mitad de la escuela inhabilitada para dar clases, por lo cual ahora ven clases en áreas comunes separadas por cortinas (cosa que no desmerita su gran esfuerzo pero que no debería pasar en un país con ministros multimillonarios) lo que no tiene ninguna justificación.
Los liceos más luchadores de Cagua (ETI y RHL) además de seguir padeciendo las deficiencias en servicios y los constantes robos y atracos por parte de los maleantes que viven en zonas adyacentes, también deben soportar los maltratos por parte de los conductores del transporte colectivo del municipio, quienes no respetan el pasaje estudiantil. Es impresionante la indiferencia de estos muchachos ante tanta problemática, quizás la invasión de estereotipos, que no hacen más que fomentar anti valores, desvían la atención de los jóvenes, hoy en día el reggaetón marca la pauta en música (a pesar que degrada al género femenino a lo más bajo con adjetivos de gatas, perras y lobas) fomentando en los jóvenes la violencia y los vicios, también citaremos el fenómeno internet y las redes sociales que atrincheran a los jóvenes en sus computadoras haciéndolos adictos a las mismas, uno pensaría que con estas herramientas los jóvenes serian excelentes estudiantes pero la realidad demuestra lo contrario, hoy en día reinan los celulares en las aulas de clase, siendo un gran factor de distracción.
Las consecuencias del silencio de mi generación les está costando muy caro porque hoy, cuando muchos jóvenes entre los 25 y 30 años se gradúan de profesionales no consiguen empleo, cuando deciden conformar una familia las oportunidades de acceder a una vivienda son prácticamente nulas, hoy son muchos los integrantes de mi generación y de esta generación que lamentablemente ya no están porque un delincuente les cegó la vida, tenemos que reaccionar ante una realidad que avizora un futuro poco prometedor, ejerciendo la exigencia de mejoras en todos los ámbitos. Desde luego que para exigir debemos primero empezar a cambiar nosotros, ya que de esto dependerá nuestro futuro próximo. Empecemos pues a soñar despiertos, porque los que soñamos despiertos tenemos la oportunidad de actuar nuestros sueños y hacerlos realidad.
¡El Futuro es Ahora!
Econ. Alber Delgado
@alber67
